Francesca siempre fue un imán para atraer a gente extraña. Cuando uno de sus acosadores aparece un día muerto, ella trata de buscar consuelo en su mejor amigo, Maxi. Mientras tanto, su abuelo, un Rabbi caído en desgracia, encuentra por casualidad un sillón reclinable que esconde un dybuk en su interior. Jack y su compañera vudú tratan de averiguar a quién perteneció el sillón mientras exploran las habilidades sobrenaturales de éste para comunicarse con el otro mundo. Por desgracia para ellos, el sillón comienza a sentir algo por Francesca y, antes de que puedan darse cuenta, comienza a cometer crímenes de pasión por ella.