Héctor es un joven de 17 años que lleva dos interno en un centro de menores. Insociable y poco comunicativo, apenas se relaciona con nadie hasta que se anima a participar en una terapia de reinserción con perros. Allí, el chico establece un vínculo indisoluble con una perra a la que llama Oveja. Pero un día la perra es adoptada y Héctor se muestra incapaz de aceptarlo. A pesar de que le quedan menos de dos meses para cumplir su internamiento, decide escaparse para ir en busca de su perra. El centro se pone en contacto con su hermano mayor, Ismael, su tutor legal, que trata de convencerle de que vuelva al centro, pero Héctor se niega: nada le va a parar hasta que dé con su perra. Ismael se verá entonces obligado a acompañarle en esta quijotesca odisea, para asegurarse de que no se meta en líos, porque Héctor está a dos días de cumplir los 18 años y a partir de entonces, cualquier delito que cometa no le enviará de vuelta al centro, sino a la cárcel...